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Rozalén y Marwan, conductores del documental 'Terapia de parejas':  “Todo el mundo debería poder acceder a la cultura porque  es el alimento del alma” Rozalén y Marwan, conductores del documental 'Terapia de parejas':  “Todo el mundo debería poder acceder a la cultura porque  es el alimento del alma”
Rozalén y Marwan el pasado domingo a la salida del Marín tras el estreno

Rozalén y Marwan, conductores del documental 'Terapia de parejas': “Todo el mundo debería poder acceder a la cultura porque es el alimento del alma”

“La película, lejos de mirar a otros, puede ser un espejo para encontrar claves para mejorar cómo relacionarte”
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Rozalén y Marwan son los conductores del documental Terapia de parejas, de Gaizka Urresti, rodado en parte en Teruel y preestrenado el pasado fin de semana dentro del Congreso de Bienestar y el Amor organizado por la Cadena SER.

-¿Cómo ha sido para ustedes la experiencia de participar en este documental?

Rozalén.-Pues que se nos ha sacado de nuestra zona de confort. Son cosas que no habíamos hecho nunca y en realidad creo que ha sido fácil el hecho de estar hablando juntos porque nos conocemos desde hace tiempo y nos queremos. Es algo que hacemos con frecuencia, el hablar del tema universal.

Marwan.-Sí, la verdad, María y yo somos muy buenos amigos, nos queremos mucho y es verdad que constantemente estamos hablando de sentimientos, de música y cosas así más profundas, y otras veces menos profundas. Nos gusta poder pontificar un poco en el documental, que a todos nos gusta poder contar un poco nuestras historias.

-¿Con qué creen que se va a quedar el público de esta película?

R.-Yo creo que va a hacer reflexionar, que eso es ya muy importante, que cada uno pueda pensar si se siente identificado con algún personaje, se va a cuestionar cómo está consigo mismo, quizás en qué tiene que mejorar, y cómo está con su pareja, que es lo más importante de esta película.

M.-La misma sensación tengo yo, que la película lejos de ser un cuadro donde uno mira a otras personas vivir su vida, creo que puede servir de espejo para que la gente se vea reconocida y encuentre algunas claves sobre su forma de relacionarse que quizás le sean útiles. A mí la película me da ganas de ser mejor persona, porque te das cuenta de cómo actuamos los seres humanos y de lo mal que nos comunicamos en algunas situaciones porque no hemos tenido una educación emocional correcta. Creo que esta película le va a brindar ese espacio para la reflexión a la gente para tomar más cartas en su propia vida.

-¿Influye el arte en los cambios de actitud?

M.-No sé si todo el arte tiene un carácter transformador, pero siempre nos ha gustado hablar del arte como un ente transformador que te atraviesa, ya sea una película, un libro o una canción, y uno no queda igual que antes. A mí me gusta esa idea del arte revelador y transformador.

R.-Claro, es que yo soy de las que piensa que la cultura es un bien básico y debería ser un derecho al que todo el mundo pudiera acceder, porque la cultura es el alimento del alma. Es lo que nos diferencia, que necesitamos alimentar el espíritu, en teoría, aunque últimamente yo creo que nos falta mucha humanidad. Yo pienso como pienso por las canciones que escuché de niña, que me hicieron reflexionar y pensar como pienso.

-¿Cómo vivieron la experiencia de rodar en Teruel?

M.-Estuvo muy bien. Yo no venía a Teruel desde hacía más de treinta años y me encantó pasear y estar charlando con María por aquí. Además, era el segundo día de rodaje, estábamos más tranquilos y más sueltos. Es una ciudad muy bonita y estar en el Mausoleo y en el Museo fue muy especial.

R.-En Teruel he vivido cosas muy guais, tengo amigas que quiero mucho por aquí, e incluso alguna fiesta hemos estado en Teruel, que eso también es importante porque es una ciudad que acoge en todos los sentidos y me toca muy de lleno por lo de la España vaciada. Esta es una de las ciudades con más magia que existe y mola mucho venir aquí porque lo pasas muy bien y hay mucha belleza por donde se mire.

-Marwan, menudo temazo el que ha hecho para el documental, ¿no?, el de Pensábamos que el amor era solo una fiesta.

-La verdad es que lo hablé con Gaizka (Urresti, el director) y me propuso esto. Uno no sabe, porque a veces cuando te mandan algo por encargo siempre lo primero que ves es un pozo y piensas que a lo mejor das un paso y te caes para dentro. Pero siempre en algún momento surge la creatividad y me encantó la idea repetitiva de la canción, de que pensábamos que el amor era solo una fiesta, porque siempre hablamos del amor como algo tremendamente amable, y el amor, en sí, sí lo es, pero las relaciones no lo son siempre, como demuestra el documental. Me encanta el haber mostrado algunas cosas de las relaciones y haber reflexionado en torno a eso, como que no todas las relaciones son fáciles y aparecen muchas cosas que hay que enfrentar y son las pinceladas que voy dando a lo largo de toda la canción.

-En la película dicen que al último al que hay que pedir un consejo sobre el amor es a un cantante. ¿Qué consejo darían?

M.-Pues es muy fuerte, pero quizás la humildad, tener humildad con tu pareja y a la vez tener también la suficiente capacidad como para escuchar al otro y no dejarte avasallar. Esos dos consejos creo que pueden ayudar muchísimo en una relación.

R.-Yo diría primero amor propio, porque muchos de los problemas que surgen en las parejas precisamente es por la falta de seguridad y de amor propio. Si tú realmente te quieres y sabes querer sanamente, pues por ejemplo no vas a tener ese concepto de posesión, de celos o de querer hacer daño a alguien. Trabajarse individualmente va a ayudar a que te relaciones mejor con el entorno en general.

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