

José Ortega Asensio, último molinero de la harinera de Torres de Albarracín: “La harinera de Torres cerró porque nos extendimos mucho y hubo clientes que no pagaban”
“Molíamos 50.000 kilos cada 24 horas y de cada 100 kilos de trigo sacábamos 75 de harina y 25 de pienso”José Ortega Asensio fue el último molinero que tuvo la Harinera del Carmen de Torres de Albarracín. Entró a trabajar en el año 1993 y estuvo hasta el año 2007, cuando cerró la fábrica, que abrió sus puertas en el año 1942. El hombre participó en la última edición del Mute, el Festival de Música y Teatro de Torres, donde explicó el funcionamiento de las máquinas y la forma en que controlaban el tipo de harina que extraían.
-¿Pasó toda su vida laboral en la harinera del Carmen de Torres de Albarracín?
-No, hasta los 18 años estuve en la fábrica de madera de Albarracín, a los 18 me fui a la mili, volví a los 20 y entré en la harinera. De eso ya han pasado 56 años, ahora tengo 76.
-¿Cuándo dejó la harinera?
-Me fui con 54 años. No me jubilé entonces. Me marché a trabajar a Agrimartín, la fábrica de fertilizantes en Teruel, donde al principio trabajé con una carretilla durante un año, y luego me pasaron al granulador. Es un trabajo que tiene su ciencia. Tienes que mezclar tierra, materias primas, añadir amoniaco, ácido sulfúrico y agua. Si te pasas con el agua o el ácido, el gránulo sale muy gordo. Si no llegas, no granula.
-Volviendo a la harinera, ¿cómo entró usted allí?
-Entré para trabajar en el almacén. Entonces no era tanto escalar puestos como ir aprendiendo con los años. Al final te sabías todos los trucos, porque a la hora del molido había que tener en cuenta muchas cosas, y cuando se fue un molinero, me ofrecieron hacer un curso para serlo, y acepté. Desde entonces ya ocupé ese puesto.
-¿Es complejo el trabajo de molinero?
-Sí, hay que tener en cuenta muchos parámetros. Si sacas demasiada harina en la primera titulación, te sale más larga, sin fuerza. Si sacas poco, te sale con mucha fuerza pero sin elasticidad. Hay que hacer una molienda suave y cernidos adecuados y también hay que tener en cuenta a qué va destinada, porque no es lo mismo un uso de panificación que para una galletera.
-¿Qué es el cernido?
-Es el tamizado de la harina. Hay cuatro calles, con telas y bandejas y el cernido separa productos: sémola, salvado, harina... y los distribuye según el tamaño y el uso.
-¿Qué proporción de harina se obtenía del trigo?
-De cada 100 kilos de trigo, sacábamos 75 kilos de harina y 25 de pienso, que se utilizaba para animales. No se tiraba nada.
-¿A dónde se destinaba la harina que producían en Torres de Albarracín?
-Principalmente a la ciudad de Valencia, algo menos a Zaragoza, y también a toda la provincia de Teruel, Cuenca, Guadalajara... pueblos como Torrebaja, Ademuz, pero también llevamos incluso a Ibiza. En su momento fuimos la única harinera activa en la zona.
-¿Había más harineras en la provincia de Teruel?
-Sí, estaba la de Ros en Teruel, que se dedicaba sobre todo a hacer harina para las galletas Río. Cuando cerraron, nos quedamos nosotros solos y además con una calidad reconocida, por eso teníamos tantos clientes.
-¿Cambió mucho el volumen de producción en los años en los que abrió sus puertas y en los previos al cierre, ya en este siglo?
-Sí, fueron cambiando algo de maquinaria y poniendo algunos sistemas nuevos. Al principio se molían 8.000 kilos cada 24 horas. Luego, con la modernización, se alcanzaron los 50.000 kilos cada 24 horas.
-¿Y por qué cerró la harinera?
-Por varias causas. Primero, nos extendimos demasiado. Al principio vendíamos solo en Teruel, donde los clientes pagaban de manera regular, al llevar el segundo viaje, te pagaban el primero. Pero al ampliar a Valencia y otras zonas, muchos empezaron a pagar a tres meses... y hubo algunos que no pagaban. Y eso, cuando pasó con varios clientes se volvió insostenible.
-¿Cuántas personas trabajaban en la fábrica cuando usted estaba?
-Al principio éramos ocho: dos para limpieza, un molinero, un encargado, dos del camión, chofer y ayudante, uno en oficina y yo. Al final, con la modernización, quedamos uno en la fábrica y cuatro con los camiones. Era imposible mantenerlo todo bien, ni en la limpieza ni en nada, ya no era lo mismo que cuando estábamos todos.
-¿De dónde traían el trigo?
-Sobre todo de la zona, de pueblos como Argente, Visiedo, Orihuela del Tremedal... Si faltaba, traíamos de más lejos, incluso Andalucía.
-¿Molían durante todo el año?
-Sí, la producción era continua durante todo el año, aunque había picos de más trabajo durante los meses de verano.
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