María Antonia Marco, funcionaria de la Administración General del Estado con 52 años de servicio: “La Subdelegación del Gobierno es como la luz a la que todos acuden para preguntarnos”

María Antonia Marco fue una de las funcionarias que recibió una placa de reconocimiento el pasado jueves en la Subdelegación del Gobierno con motivo del 47 aniversario de la Constitución. Lleva 52 años de servicio en la Administración General del Estado y desde 1978 en la Subdelegación del Gobierno. Se jubilará el próximo año cuando cumpla 70 años de edad.

-¿Cómo ha vivido todos estos años en la Administración General del Estado?

-La verdad es que se han pasado volando. He vivido una etapa histórica porque pasamos en el Registro de escribir a mano los asientos en los libros a tener una aplicación en la que escaneas la documentación y llega inmediatamente al destino en otra administración pública. Hemos pasado de las máquinas de escribir a los ordenadores, y siento que ha sido una etapa laboral estupenda para mí.

-¿Cómo ha llevado el trato con la gente, porque a veces el malestar con la Administración lo paga quien no debe?

-Pues me ha tocado tratar con gente muy diversa. Lo que pasa es que muchas veces los ciudadanos se encuentran perdidos, porque la administración es un mundo donde cada sitio es de una manera, y necesitamos hacer trámites pero no siempre vamos al sitio adecuado. La Subdelegación del Gobierno es como la luz a la que todos acuden para preguntarnos, bien por la publicidad que tenemos o porque estamos en el centro de Teruel y somos más visibles, y cuando la gente no sabe dónde ir, vienen aquí y nos preguntan, y nosotros les ayudamos en lo que está en nuestra mano.

-Cuando le entregaron la placa el subdelegado destacó su calidez y buen trato con la gente.

-Bueno, pero eso yo creo que es igual con otras compañeras y compañeros, porque eso es general. Aunque los funcionarios a veces tenemos mala prensa, creo que intentamos cumplir con nuestro trabajo y atender al público como nos gustaría que nos atendieran a nosotros.

-¿Por qué cree que existe esa mala fama hacia los funcionarios.

-Eso viene de mucho tiempo atrás; ya con Larra decían “venga usted mañana”, y ahora tendríamos que decir, no venga usted mañana, quédese que le atendemos y si no lo sabemos, le buscaremos la solución por donde sea. No sé a qué se debe esa mala fama, tal vez porque tenemos una nómina segura, aunque no sea muy alta, y eso tal vez genera envidia, pero las circunstancias de cada persona también son muy distintas. No obstante, en general, yo siempre me he encontrado con compañeros y compañeras buenísimos, aunque haya de todo en la vida, pero eso ya lo sabemos.

-¿En qué ha cambiado desde dentro la Administración para los que trabajan en ella tras casi medio siglo de democracia?

-Yo creo que entre todos, con buena voluntad, hacemos que vaya esto adelante. En general yo creo que vamos para bien y el asunto es que sigamos así, que la gente joven se mantenga. Yo creo que dentro de la Administración hay ahora un trato con más naturalidad en los trámites que antes.

-¿A qué se refiere?

-Pues que antiguamente hacíamos los escritos y se decía lo de “Dios guarde a usted muchos años”, se daba el trato de excelencia y todo eso. Ahora hace años que todo eso se suprimió y todo es mucho más práctico. Con la firma electrónica hay veces que en la oficina me pregunta la gente si no le pongo el sello, como antiguamente se hacía con el escudo nacional.

-¿Le ha resultado complicado adaptarse a esa revolución y cambio tecnológico?

-Cuando se producían costaban los cambios, pero visto desde el presente te das cuenta que lo hemos conseguido poco a poco. Ahora es cuando me cuesta más adaptarme a programas informáticos, pero lo hago gracias al apoyo de los compañeros que me ayudan porque ellos están más puestos. Creo que tampoco ha costado demasiado adaptarse. La vida diaria te obliga a adaptarte a los cambios tecnológicos y las novedades en la administración pública.

-¿Por qué no se jubiló a los 65 años, cuando la mayoría cuenta los años que le quedan para poder hacerlo?

-Precisamente, estos cambios tecnológicos te facilitan el trabajo y a mí me hace estar también más activa, más puesta al día. Y luego las circunstancias personales, porque en mi casa mi familia me ha apoyado muchísimo. Mi marido es un muy buen amo de casa y me apoya, igual que mis hijas y mis yernos.

-¿Qué le diría a esa gente que le cuesta fichar todos los días porque lo lleva como una carga?

-Es que es una parte de tu vida, te relacionas con compañeros, con gente de fuera, con todo. Para mí es una vivencia, pero supongo que para otras personas lo verán de otra manera según su trabajo. A mí me llena mucho.