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José Baldó

En 2019, el director y guionista Rian Johnson, responsable de películas como Looper o Star Wars: Los últimos Jedi, se graduaba cum laude en la escuela del mejor cine detectivesco con la sobresaliente Puñales por la espalda. Tres años más tarde, Johnson revalidaba su título como heredero natural de Agatha Christie y lograba el más difícil todavía con la segunda aventura de Benoit Blanc, el flemático investigador interpretado por Daniel Craig. El misterio de Glass Onion era una aventura más grande y divertida que su predecesora; un film con giros de guion imposibles, diálogos brillantes y un reparto lleno de estrellas capaces de hacer sombra al mismísimo ex agente 007.

No contento con actualizar el ‘whodunit’ (contracción de ‘who’s done it’, ¿quién lo hizo?), Rian Johnson se pasa a la pequeña pantalla para homenajear a las clásicas series de misterio semanales que devoraba siendo niño. Poker Face nos devuelve a la época de los dos canales de televisión y a las tardes de domingo con la familia reunida en torno a la mesa camilla; una serie de las de toda la vida, de las que se echan de menos, con capítulos autoconclusivos e independientes que no pretenden dar forma a una película de 10 horas.

El detector de mentiras humano

Charlie Cale (Natasha Lyonne) es la empleada de un casino de Las Vegas que tiene el curioso don de detectar las mentiras del prójimo. Cuando su mejor amiga y compañera de trabajo aparece asesinada, Charlie descubre que su jefe no está diciendo toda la verdad sobre su muerte. Temerosa de correr la misma suerte, decide huir y echarse a la carretera para vivir como una vagabunda en su coche. En cada parada del camino, nuestra heroína se encontrará con un elenco diferente de personajes y un crimen imposible que deberá resolver antes de que sus perseguidores le den caza.

Poker Face viene avalada por su gran éxito de crítica y público en Estados Unidos. Desde el pasado viernes, Sky Showtime tiene disponibles en su plataforma los dos primeros capítulos de la serie e irá completando la primera temporada durante las próximas semanas. Su protagonista, Natasha Lyonne, que ya había demostrado su enorme talento en Muñeca rusa y Orange is the New Black, se corona como la reina absoluta de las detectives amateurs en una versión rejuvenecida, con gorra de camionero y mucho flow, de Jessica Fletcher.

Charlie Cale está destinada a ocupar un puesto destacado en el panteón de grandes personajes de la televisión. Una buscavidas empática, de buen corazón y con una voz cazallera (por favor, véanla en versión original) que remite al popular teniente Colombo y a sus peculiares métodos deductivos. Rian Johnson reconoce su enorme deuda con el policía interpretado por Peter Falk, no solo en la creación de su protagonista, sino también en la propia estructura de la serie. Poker Face propone en cada capítulo un crimen invertido: aquí el reto no está en descubrir al culpable, la audiencia conoce su identidad desde el principio, sino en ver cómo el investigador es capaz de reunir las pistas necesarias para desenmascararlo.

En su periplo, Lyonne estará acompañada de rostros tan conocidos para el gran público como Adrien Brody, un magnífico villano en el episodio piloto, Nick Nolte o Ellen Barkin, entre otros. Créanme si les digo que la serie es tan buena que, Yellowstone aparte, justifica por si sola una suscripción anual a SkyShowtime.

Tienen mi palabra. Ya saben que yo nunca miento… o casi nunca.

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