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Un economista turolense investiga la distribución de ingresos per cápita en el mundo rural y el urbano Un economista turolense investiga la distribución de ingresos per cápita en el mundo rural y el urbano
Diego Loras durante la conferencia que impartió en la London School of Economics

Un economista turolense investiga la distribución de ingresos per cápita en el mundo rural y el urbano

El estudio de Diego Loras constata la necesidad de mecanismos de reequilibrio para la equiparación
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Una investigación sobre la distribución de ingresos per cápita en el mundo rural y el urbano, y la brecha existente entre ambos, constata la necesidad de que haya mecanismos de reequilibrio que permitan equiparar ambas rentas. El estudio lo está llevando a cabo el economista turolense Diego Loras, que está haciendo el Doctorado en Economía en la Universidad Pontificia Comillas de Madrid.

Las primeras conclusiones de su investigación, aunque todavía le quedan dos años y medio para completar su tesis doctoral, constatan que es necesario que se establezcan mayores mecanismos correctores para romper esa brecha existente.

Así lo expuso recientemente en la London School of Economics, donde ha realizado una estancia de tres meses tras ser premiado por esta universidad inglesa a través de la Fundación Cañada Blanch, que cuenta con un departamento en la misma para acoger estudiantes españoles.

Durante esos meses Loras explicó que pudo avanzar en la investigación de su tesis, que inicialmente se titula Distribución de  ingresos y brecha urbano-rural en España. En la misma analiza cómo los salarios y las rentas que obtiene la gente en las grandes ciudades son más altos que en las zonas rurales.

Preparación

“No es que las personas que viven en el mundo urbano estén más preparadas y tengan las características para tener un ingreso más alto, sino que hay una penalización por vivir en el mundo rural que te hace tener un ingreso más bajo”, afirmó el doctorando, para quien los datos constatan que “hay una brecha urbano-rural en el ingreso, incluso después de haber controlado todos los factores que influyen en el mismo”.

De los datos que ha analizado se constata que en las zonas rurales, frente a las urbanas, se dan diferencias medias de entre 2.400 euros per cápita, en el caso de los ingresos brutos, y algo menos de 1.400 euros en lo que a ingresos finales se refiere.

De igual forma, las tasas de pobreza entre ambos medios geográficos también difieren y son mayores en las zonas rurales que en las urbanas. En este sentido, Loras afirmó que “un 22,6% de la población rural está viviendo bajo el nivel de pobreza relativa, frente al 17,4% de las zonas urbanas”.

El investigador precisó que si las personas que están en riesgo de pobreza es mayor en las zonas rurales, el nivel de desigualdad dentro de estos entornos entre quienes viven en ellos es menor que lo que sucede en las ciudades, al no haber tantas diferencias de ingresos entre ellos.

La investigación en marcha analiza también el proceso de redistribución de los ingresos a través del sistema fiscal, que ayuda a reducir las diferencias existentes entre quienes viven en las ciudades o en el campo, pero Loras precisa que “una vez aplicados impuestos y transferencias, sigue habiendo una brecha considerable”.

En sus primeras conclusiones apunta que entre las soluciones para paliar esas diferencias, tanto de ingresos como de tasa de pobreza, estaría la posibilidad de impulsar programas de transferencias de renta teniendo en cuenta criterios territoriales.

Loras explicó que si en los entornos urbanos se cobra más simplemente por tratarse de una ciudad, para reducir esas diferencias de pobreza y de ingreso en general con respecto al campo, un programa de transferencia de renta actuaría como un factor de reequilibrio.

Variable territorial

El investigador pone como ejemplo el caso del Ingreso Mínimo Vital y el hecho de que el Gobierno no tuviese en cuenta la variable territorial, “cuando si a lo que se dirige es a paliar la pobreza, podría haber tenido en cuenta eso porque hay un elemento de pobreza estructural en los entornos rurales”.

A su juicio, si se pretenden reducir esas diferencias de renta, “las transferencias que haga el Estado tienen que tener en cuenta ese criterio, que normalmente no lo tienen”, porque se valora solo la renta sin tener en consideración las cuestiones territoriales.

El investigador comentó que las bonificaciones del 20% a las provincias de Teruel, Cuenca y Soria autorizadas por la Comisión Europea contribuirían también a reducir esa brecha, aunque de una manera indirecta. “Si ayudas a las empresas a escalarse en las zonas rurales, lo que haces es que se genere más empleo y que normalmente esas empresas paguen también mayores salarios, y es una solución más desde el sector privado”, precisó Loras, quien consideró que era una “buena herramienta complementaria”.

Apuntó que otra solución posible para que haya transferencias de renta a los ciudadanos en estos territorios sería que hubiesen “tramificaciones diferenciadas del IRPF”, de manera que “los pagos de impuestos salariales fuesen diferentes en función de si uno vive en el mundo rural o en un entorno urbano”. Precisó, no obstante, que las políticas que se pueden aplicar son muchas, “como una mayor inversión del Estado, porque si invierte más en las zonas rurales eso también indirectamente repercutirá en mayores salarios y más empleo, que ayudará a reducir esta brecha”.

Investigación

Loras explicó que optó por investigar sobre esta cuestión que afecta a la España vaciada porque al ser de Teruel está interesado por “la problemática de vivir en el mundo rural y las desventajas que acarrea, conjuntamente a otras ventajas”.

Indicó que al estudiar Economía siempre le han interesado las cuestiones de “desigualdad y pobreza a nivel de renta, y puestos a estudiar un tema de distribución de ingresos, pues el factor que más me atraía era investigar estas diferencias entre lo urbano y lo rural, que no habían sido investigadas”, más allá de las diferencias entre comunidades autónomas, pero no a nivel de lo urbano y lo rural.

Aseguró que algo novedoso de su trabajo era que dentro de la provincia, “Teruel capital computa como urbano, no como rural, a pesar de que seamos una provincia eminentemente rural, lo que pasa es que el resto de la provincia exceptuando Alcañiz sí que computa como rural, y en la Comunidad de Madrid ocurre lo contrario, que solo hay una esquinita en el norte que computa como rural”. Recalcó que aparte de ser una investigación innovadora, “aunaba mi pasión por la economía y los temas de la España vaciada”.

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