Síguenos
Una treintena de los inmigrantes llegados  a Mora de Rubielos hace un año están ya contratados en la zona Una treintena de los inmigrantes llegados  a Mora de Rubielos hace un año están ya contratados en la zona
Un grupo de malienses, durante su participación en el concurso de paellas de Mora hace unas semanas. Accem

Una treintena de los inmigrantes llegados a Mora de Rubielos hace un año están ya contratados en la zona

El colectivo participa en las actividades locales y no ha habido ningún tipo de incidente
banner click 236 banner 236
Cruz Aguilar

Limpieza, construcción, ganadería, agricultura, hostelería o logística son algunos de los sectores en los que están trabajando en torno a una treintena de los inmigrantes que comenzaron a llegar a Mora de Rubielos hace justo un año. En este tiempo han pasado por la localidad un total de 250 personas, alojadas en un hotel que dispone de 110 plazas y que los refugiados abandonan a medida que encuentran trabajo o se trasladan a otros lugares.

Los datos han sido facilitados por Accem, que es  la ONG especializada en la atención de refugiados que se ocupa de los acogidos desde principios de septiembre del pasado año en un hotel de Mora, precisan que todas personas atendidas son varones, principalmente de entre 20 y 35 años, aunque hay alguno de mayor edad. Proceden principalmente de Senegal y Mali, aunque también han pasado por Gúdar-Javalambre personas procedentes de Mauritania y Gambia y, en una proporción más pequeña, de Burkina Faso, Costa de Marfil, Sierra Leona, Ghana, Níger o Togo. El contrato con el hotel está vigente durante todo este año 2025.

Su llegada hace justo un año despertó una oleada de críticas por parte de determinados sectores que sembró la alarma entre parte de la población. Un año después, el número de incidentes es cero y, además de que una treintena de ellos están ya empleados en empresas de la zona, prácticamente todos participan en mayor o menor medida en las actividades del municipio, desde las fiestas y bailes a los deportes, ya que incluso forman parte del equipo de balonmano.

En este sentido, el alcalde de Mora de Rubielos, Arquímedes Ríos, matiza que “el mayor hándicap que tiene el municipio” es que durante la temporada estival “hay más jóvenes interesados en hacer deporte que instalaciones deportivas”, por lo que las existentes están más saturadas de lo recomendable. Un problema que desaparece ya en septiembre con la marcha de los veraneantes a sus ciudades de origen.

El balance que hace el regidor municipal de este primer año es de “tranquilidad”. Señala que hay “perfecta armonía” y que la presencia de los inmigrantes “ha ayudado a que la conciencia general sea de socializar con todo el mundo” . Matiza que la colaboración de la localidad en la inserción de estos refugiados no se ha traducido en ayudas para la mejora de servicios por parte de las instituciones.

El subdelegado del Gobierno de España en Teruel, Enrique Gómez, habla de “éxito rotundo” de este primer año de funcionamiento del espacio de atención de migrantes y recalca que “Mora es un ejemplo en España y Europa” de integración. Gómez destaca que los empresarios que tienen a malienses contratados los describen como “gente cumplidora, que lo único que quiere es trabajar y ganarse la vida, como los demás, con el problema añadido de que ellos vienen de una zona de conflicto y han sufrido mucho para llegar aquí”. Por eso, pide “empatía y cercanía” para esa gente “que se lo ha jugado todo a una carta, que es poder trabajar en España, en Teruel”, sentencia.

En cuanto al incremento del consumo que genera la estancia de un centenar de jóvenes en el pueblo, Ríos matiza que se nota en los supermercados, pero no en la hostelería, y apunta que ocupan unas plazas hoteleras que antes se llenaban con turistas, cuyo gasto medio es superior, aunque no diario como ocurre ahora.

El constructor de Cabra de Mora Samuel Monleón es uno de los empresarios que ha dado empleo a dos de estos migrantes y está contento con el resultado. Sin embargo, pide que se de a los chavales, durante su estancia en el centro, la formación necesaria para los puestos que van a ocupar, como el carné de manipulación de alimentos para los que van a estar empleados en la hostelería o el de prevención a los que quieren dedicarse a la construcción. “Esto nos facilitaría las cosas porque tienen que hacer los cursos, y ya no son las horas ni el dinero sino que, como no conducen, los tienes que llevar a las clases”, explica Monleón.

El subdelegado del Gobierno señala que el primer paso es siempre que aprendan el idioma, un conocimiento necesario y previo al resto de los cursos que puedan recibir. Además, recalca que algunas de estas personas no están alfabetizadas y tienen problemas para escribir y leer incluso en su propio idioma, lo que aún dificulta más la tarea de inmersión lingüística en español.

El constructor de Cabra de Mora apunta que los peones de albañil que él ha contratado tenían “poca experiencia”, pero “muchas ganas de aprender y trabajar”, cualidades suficientes en un momento en el que “nadie de aquí” quiere emplearse en la construcción, “y no es por los sueldos, es por la comodidad” que brindan otros empleos, con mejores horarios y menor esfuerzo físico, comenta.

 

Excursión de los jóvenes refugiados al embalse de Valbona. Accem

Falta de mano de obra

El presidente de la Comarca de Gúdar-Javalambre, José Luis Alvir, reconoce que en la zona hay mucha falta de mano de obra, sobre todo en las empresas de construcción y la hostelería y, por eso, plantea la necesidad de que se agilicen los trámites para que estos inmigrantes puedan acceder al mercado laboral con la mayor premura. Concreta que su llegada hace un año “fue un shock, porque no sabíamos a qué venían, pero ahora todo el mundo está contento”, dice, porque suponen un vivero de mano de obra muy interesante para el tejido empresarial.

Este retraso en la tramitación de los permisos de trabajo también es uno de los aspectos que causa cierto malestar entre algunos empresarios, aunque prefieren no dar sus nombres. Lamentan que, por un lado, ellos tienen complicaciones para encontrar mano de obra y, por otro, ven cómo un nutrido grupo de jóvenes “deambula por la localidad sin nada que hacer” y, además, “con muchas ganas de trabajar”. Enrique Gómez señala al respecto que en la nueva Ley de Extranjería que entró en vigor hace unos meses busca precisamente una mayor agilidad a la hora de conceder los permisos para trabajar.

La responsable del Dispositivo de Acogida de Mora, Eva Echezarreta, destaca la participación de los refugiados en las actividades del pueblo, así como el apoyo por parte de algunos vecinos que trabajan con ellos como voluntarios Para el concurso de paellas de las fiestas del pueblo varios jóvenes prepararon un arroz de su país con el fin de que lo probaran todos los vecinos. La convivencia es muy buena, dice Echezarreta, quien destaca también la óptima comunicación con el Ayuntamiento.

Entre los aspectos positivos que aporta Mora está la gran demandan de mano de obra que hay en la zona, lo que propicia que “las inserciones laborales sean más fáciles”, especifica la responsable de Accem.

El mayor problema al que se enfrentan los refugiados es encontrar una vivienda, un inconveniente generalizado a toda la población en lugares tan turísticos como Mora de Rubielos.

La solución para acomodar a los que ya forman parte del mercado laboral ha sido alquilar viviendas entre varios y siempre con el respaldo de los empresarios para tranquilidad de los propietarios.

De Burkina Faso

Tiene 23 años y lleva casi seis meses en Mora de Rubielos, a donde llegó procedente de Madrid y, antes, había estado en Tenerife, donde arribó su patera tras tres días en el mar. En Burkina Faso era vendedor de productos cosméticos y en Gúdar-Javalambre busca empleo de cocinero o camarero porque el curso que ha hecho de manipulador de alimentos le ha gustado. Habla un español fluido, aprendido en las clases que imparte Accem, que pide mantener el anonimato del joven. Ahora acaba de obtener su permiso de trabajo: “He hecho una entrevista, pero era en un sitio lejos”, relata, para añadir que no conduce y por eso sigue parado. Su preferencia es la hostelería, pero se ha formado en manejo de carretillas elevadoras y construcción y cogerá “cualquier empleo que encuentre” por sus muchas ganas de acceder al mercado laboral.

El redactor recomienda