El belén de Alobras crece hasta la treintena de figuras humanas y más escenas costumbristas

Cada vez más grande y cada vez mejor. El belén que monta cada Navidad desde hace cuatro años el colectivo Alobras, el Centro del Mundo ha crecido de nuevo para alcanzar la treintena de figuras humanas y otras tantas de animales, además de un sin fin de elementos ornamentales y decorativos, entre los que destaca la noria que se estrenó el año pasado y que ya forma parte del sky line de este Nacimiento. En esta ocasión, Alobras, el Centro del Mundo ha incorporado una escena nueva en la que se recrea la tradición de la matacía con nuevos protagonistas que elevan hasta la treintena el número de figuras humanas que pueblan el Nacimiento.
 

Es un belén de gran formato, con las figuras realizadas por los voluntarios casi a tamaño real. Se trata de un escenario ecléctico en el que, aunque hay un estilo de figuras dominate, las distintas aportaciones que los socios y amigos han ido haciendo durante estos cuatro años ha hecho que la familia de figuras sea mucho más rica y variada.

Todo se organiza frente a la puerta de la iglesia, bajo la sombra del olmo centenario que preside la plaza y que da unidad al conjunto. Bajo sus ramas se reparten las distintas escenas, casi todas costumbristas, entre las que se destaca este año la de la matanza, que se ha estrenado este mes de diciembre. Además, se puede visitar un comercio, un taller de forja o distintos comercios, además de un corral, un lago o una noria. Entre los pobladores del belén están los clásicos pastores y agricultores, y no falta un caganet algo escatológico. También hay un sin fin de animales, de corral y salvajes, como un buitre comiéndose un cordero muerto, o un gallo construido con latas de refresco.
 

Junto a la puerta de la iglesia se monta cada año el Nacimiento, con la composición clásica en la que se incluye a José y María, al niño Jesús y los animales. Un poco más allá, los tres Reyes Magos se plantan hacia el portal. Entre ellos, Baltasar llega en bici, en un guiño a la ruta de bikepacking Montañas Vacías, que llena de ciclistas y aventureros el pueblo cuando el frío remite.

En esta ocasión, las obras llevadas a cabo en la plaza para garantizar la accesibilidad al cementerio han obligado a redistribuir los espacios. Sin embargo, los propios voluntarios del montaje coinciden en que esta nueva disposición “queda mejor” y en que “aunque ahora el lago es más pequeño, la pared de piedra es más apropiada”.

Si en un principo la iniciativa de montar este belén fue del colectivo Alobras, El Centro del Mundo, el municipio se implica cada vez más. El Ayuntamiento ofrece a los organizadores un almacén para guardar las figuras tras las fiestas y la Asociación Cultural está cada vez más implicada en la iniciativa y si el año pasado proporcionó las guirnaldas para el belén, este año fue la encargada de la chocolatada con la que se inauguró el belén el pasado 6 de diciembre.
 

Cada año son más los curiosos que llegan hasta Alobras para visitar su belén. Su inclusión en la Ruta de Belenes de Aragón ha contribuido a darle difusión y los visitantes llegan cada vez de sitios más alejados del municipio.

Muchos de ellos aprovechan para dejar un mensaje en el libro de visitas que se habilita junto a una figura de un escribano. “Es muy divertido”, escriben los más pequeños, mientras que los mensajes de adultos hacen referencia a su sorpresa por lo que se encuentran en Alobras.
El belén está expuesto en plena calle por lo que no hace falta estar pendiente de horarios de visita. Se puede recorrer incluso de noche, cuando se ilumina con guirnaldas de luces que se extienden también por el propio edificio de la iglesia.