

El LATA II de Torrecilla lanza un mensaje de paz al mundo con ‘La Casa del Comandante’
El Laboratorio Artístico crea 3 espectáculos de teatro, música y circo ideados por 25 profesionalesEl Laboratorio Artístico LATA regresa a Torrecilla de Alcañiz más ambicioso que nunca
La Muestra de Andorra regresa con cuatro propuestas de teatro contemporáneo
Un total de 240 personas reflexionaron el viernes y el sábado sobre las guerras durante La Casa del Comandante, la primera escenificación que ofreció el II Laboratorio Artístico (LATA) que se celebra hasta este domingo en Torrecilla de Alcañiz. En total, 25 artistas internacionales ofrecen durante el fin de semana tres espectáculos inmersivos de teatro, música y circo en esta propuesta íntima inspirada en otros certámenes como el festival de circo contemporáneo italiano Brocante o el Matarranya Íntim. En total, se espera la presencia de más de 600 personas entre el público.
Durante una semana, profesionales de diferentes disciplinas de las artes escénicas han convivido y desarrollado piezas originales en diálogo con vecinos y espacios del municipio bajoaragonés. El resultado se presenta en tres intensas jornadas en distintos escenarios que el festival resignifica, como son la Casa del Comandante y una de las fachadas de la Replaceta. De esta forma, se fomenta la participación vecinal siguiendo el modelo de encuentros europeos de creación artística contemporánea.
La primera edición del LATA, en verano de 2024, atrajo a 240 asistentes a los seis pases de la función que se ideó en el laboratorio artístico. La obra se tituló La Casa del Conde, se creó y se representó en la Casa de los Condes de Alberola, en Torrecilla, y recibió el premio de la VII Edición de los CREAR (Jóvenes Creadores Aragoneses) del Gobierno de Aragón, por el cual se volverá a representar el 25 de septiembre en Zaragoza.
En esta ocasión el espacio elegido es la Casa del Comandante, un espectacular edificio en el que actualmente no vive nadie, pero que la familia Fuentes cede para este certamen. El interior de la vivienda presenta el aspecto de mediados del siglo pasado.
Tras la convivencia creativa entre artistas que comenzó el pasado lunes, del 22 al 24 de agosto tienen lugar las representaciones, en varios pases, que son la esencia del festival.

Un mensaje de paz
La obra principal ha podido verse en tres sesiones, dos el viernes y una el sábado. Las entradas, servidas por internet y en el ayuntamiento, se agotaron en muy poco tiempo. Se ha planteado, igual que en 2024, como un espectáculo inmersivo en el que el propio espacio ejerce de protagonista al tiempo que lanza un potente mensaje de paz.
“Nos hemos inspirado en esta casa icónica del pueblo para contar la historia de un comandante ficticio. La propia vivienda nos va enseñando su vida, como si estuviera mostrando su infancia, su juventud y adultez en una existencia trágica que comenzó cuando su madre lo abandonó en un circo nada más nacer”, explicó el director del festival, hijo del pueblo y creador escénico con trayectoria internacional, Daniel Esteban.
Los payasos lo crían y el niño sale artista. Va de gira por todo el mundo, hasta que la guerra estalla y lo llaman a filas. “Desde ese momento su vida cambia, acepta el rol que le toca, el del ejército y la guerra, asciende a comandante y cambia su vida radicalmente”, prosiguió Esteban. A lo largo de su periplo vital tiene una amante en París y a la vejez acumula riquezas pero su corazón está vacío. “Hacemos una metáfora entre la casa enorme, que está vacía y llena de polvo, con el corazón de este señor, que no tuvo otro remedio que ir a la guerra pero ésta se lo llevó todo. Nadie sale ganador, por lo que hacemos un llamado para disfrutar de la vida por nosotros y por los que no pueden”.
La Casa del Comandante es, en definitiva, un alegato para parar todos los conflictos bélicos del momento, como en Ucrania y Palestina. Y todo en formato exprés, en una semana y con ejercicios de improvisación y creación conjunta que han deparado grandes escenas. Esteban ha guiado y dado sentido global a las suertes de teatro, clown, circo y música en directo que se suceden.

Acrobacia programática
“Lo teníamos complicado porque el año pasado salió muy bien y este año teníamos toda esa expectación de, como mínimo, estar al mismo nivel. La gente salió encantadísima y emocionada de este espectáculo porque es una historia que nos toca a todos y, sobre todo, la gente mayor lo ha vivido. Nos hemos apoyado en el drama pero también tiene sus partes de humor que hacen de contrapunto. El público ha salido enamorado de los personales e incluso los niños han ido en plan grupis a la casa donde duermen los actores para hacerse fotos con ellos”. Participaron en La Casa del Comandante Serena Galante (clown), Lionel Botero (música y clown), Yoraima Reija (música), Martín Van Geenhoven (música), Alba Muñoz (teatro, danza vertical), Rubén Estaje (teatro) y Enrique Navarro (malabares).
Además, anoche la plaza de la Iglesia acogió una verbena tradicional que ofreció una banda inspirada en los años 40 del siglo XX creada por músicos de Torrecilla a propósito para el Lata II. Estuvo formada por José Miguel Escuín, Andrés Lorenzo, María Lorenzo, David Omedes y Lucía Alquézar.
Este domingo se pondrá el broche con dos pases (19 y 21 horas) de un espectáculo al aire libre sobre la fachada de un edificio emblemático de la Replaceta. Participan Carla Sampedro (mezzosoprano), Juan Carlos Díaz (música), Iván Benito (danza, acrobacia), Carolina Peralta (canto y danza vertical) y Thibault Unternehr (danza y rueda).
“Hemos puesto personajes fantásticos, acróbatas que salen de balcones y ventanas. Unos niños juegan a piratas tan fuerte que se vuelve realidad y aparecen por todos lados. Así como La Casa del Comandante es teatral, aquí entramos en un mundo más poético y onírico donde la imagen prevalece sobre la palabra”, explicó Esteban.
Y durante toda la semana se ha podido visitar una exposición fotográfica de Marcê Ibáñez, titulada Etérea. Esta exposición y la verbena fueron gratuitas.
Organiza el LATA Daniel Esteban, artista gestual nacido en Zaragoza pero muy vinculado a Torrecilla –y conocido por su personaje del Capitán Spriki, entre otros–; su hermano Aitor Esteban, David Omedes, María Lorenzo y Agustina Cédola, que se encarga de la escenografía y vestuario. Colaboran en tareas de organización Ana Esteban Tricas, Lidia Herrero y Rosa Lorenzo en tareas de intendencia.
En esta segunda edición del LATA, la organización espera superar los 600 espectadores. Uno de los objetivos del año pasado era demostrar que el teatro de vanguardia y las propuestas escénicas poco convencionales funcionan en el mundo rural igual de bien que en las ciudades.

Complicidad local
Como ocurrió el pasado año, los espectáculos se crean durante la semana gracias a la interactuación de los artistas con los vecinos de Torrecilla. Según Esteban, “hablamos con la gente que nos presta el espacio, en este caso la Casa del Comandante, y con la gente que la conoce. Las historias y las anécdotas que nos cuentan forman los ingredientes, los ponemos en una olla, les damos vuelta y a partir de ahí salen las diferentes escenas”.
Otro de los objetivos con los que la organización ha concebido LATA es “crear redes artísticas”, dijo el director. Este año han participado profesionales de todo tipo procedentes de Torrecilla y de Teruel, pero también de Zaragoza, Albacete, Castellón, Madrid, Segovia, Argentina, Italia, Francia, Bélgica, Austria o Chile. La idea es que de la convivencia de muchos de ellos surjan nuevos proyectos.
Además del público, apoyan el evento el Ayuntamiento de Torrecilla, la Diputación de Teruel y el Cachirulo Doctor Balaguer.

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