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María José Meda está al frente de la cocina del único restaurante de Teruel con Estrella Michelin: “Me miraban raro por ser  joven, mujer y autodidacta, como si esperaran otra cosa” María José Meda está al frente de la cocina del único restaurante de Teruel con Estrella Michelin: “Me miraban raro por ser  joven, mujer y autodidacta, como si esperaran otra cosa”
María José Meda en la ilustración que realizó Elena Castillo para el calendario

María José Meda está al frente de la cocina del único restaurante de Teruel con Estrella Michelin: “Me miraban raro por ser joven, mujer y autodidacta, como si esperaran otra cosa”

“Lo importante es luchar por tus objetivos; yo quería un buen restaurante en el medio rural y lo he logrado”
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Cruz Aguilar

María José Meda se metió en un cocina por primera vez en mayo de 1999, cuando abrió la Hospedería El Batán. Diez años después se sacó la diplomatura de Cocina y en noviembre de 2013 su esfuerzo por mejorar  se transformó en una estrella Michelin.

-Participa en el calendario de la Diputación de Teruel, ¿qué le parece la iniciativa?

-Cuando me la propusieron me pareció extraordinaria, luchar por la igualdad no debería ni de existir, tendríamos que darlo por hecho, por eso empezar en edades tan jóvenes es fundamental. Aunque en casa les hagas ver que todos somos iguales, sin importar raza o sexo, en los colegios es también muy importante porque allí se aprenden muchos de los valores de la vida, ha sido una iniciativa extraordinaria. Además es muy positivo que sean personas de sectores tan diferentes porque al final es empatizar con diferentes ámbitos de la vida para que cualquier persona se puede sentir identificada.

¿Considera que el hecho de que sean mujeres de Teruel ayuda porque las ven más cercanas?

-Sí porque lo interiorizan más, al final es sacar a la luz esas personas que en diferentes ámbitos de nuestra provincia hacemos posible que esa igualdad sea posible, son diferentes ámbitos de nuestra vida normal en las que somos mujeres las que estamos luchando por esa igualdad.

-¿Por qué en la mayor parte de las casas cocinan las mujeres mientras que casi todos los cocineros famosos son hombres?

-Yo creo que en la historia han sido las mujeres las que se dedicaban a cocinar, pero a nivel profesional han sido los hombres los que han tirado para adelante y los que han querido dignificar este trabajo, pero cada vez estamos más mujeres que nos abrimos camino, triunfando.

-¿Cada vez hay más caras famosas femeninas en las cocinas?

-Es un porcentaje muy bajito, menos del 18% pero cada año aumenta. Es un trabajo que siempre lo hacían las mujeres y que vayamos despuntando profesionalmente es un reto que se está consiguiendo poco a poco.

-¿Se considera pionera?

-En parte sí porque fíjate, cuando conseguimos la estrella llevaba muchos años cocinando, pero que reconozcan esa labor es muy importante porque hay mujeres y hombres que se pasan la vida entera trabajando para obtener ese reconocimiento, luego poderlo mantener es también un logro. Me siento una persona privilegiada y es un orgullo que esas personas a las que les gusta la cocina te reconozcan. Hace poco vino una familia porque la niña le había pedido a los Reyes venir a mi restaurante y conocerme y para mí eso es muy bonito.

-¿Cree que ha sido más costoso labrarse un futuro profesional en el campo de la hostelería por el hecho de ser mujer?

-Yo creo que sí, que cuesta un poco más pero es cuestión de creer en tu proyecto y luchar por él. En nuestro caso estamos en una zona despoblada y eso es un hándicap, ya no es solo el hecho de ser mujer, sino luchar contra todo.

-¿En qué sintió usted esas diferencias por ser mujer?

-Cuando empezamos los clientes pedían que saliera el cocinero y, cuando me veían a mí, joven y mujer, sentía esa discriminación, sobre todo cuando les contaba que era autodidacta. Ahora al tener un reconocimiento ya no lo notas, pero en ese momento sí detectaba esa sorpresa. ¿Sabes por qué me saqué la diplomatura en Cocina? Porque me preguntaban dónde aprendí y cuando decía que era autodidacta me miraban como si pensaran cómo podía cocinar si no sabía, sentía el rechazo.

-Ya tenía la buena cocina pero necesitaba la justificación

-Exacto, era como si cuestionaran que era mujer y que hubiera aprendido sola. Era algo que, aunque no te lo dijeran, lo notabas. A ver, que con la diplomatura aprendí mucho, técnicas que no tenía tan perfeccionadas, pero sobre todo fue para decir que tenía una formación.

-En su caso ha roto muchos moldes porque es la única estrella Michelin de la provincia y lo ha logrado con un pequeño restaurante ubicado en un lugar recóndito. ¿Es un orgullo para usted haber puesto a Tramacastilla en el mapa de la cocina a nivel nacional?

-Claro,  conseguir que Tramacastilla esté en el mundo gastronómico es importante, que estés ahí y la gente quiera venir al restaurante y al pueblo es muy agradable. Como provincia creo que también está muy bien que tenga una estrella Michelin y se venga a propósito a Teruel a disfrutar de mi restaurante y de otros, porque ya que están aquí la gente la gente pasa unos días y recorre otros establecimientos. Para mí es un orgullo ser de Teruel y poder representar esos valores.

-¿Cree que su trayectoria profesional puede servir de modelo a las niñas o incluso a la gente que quiere abrirse camino en el medio rural?

-Sí, El Batán es la prueba de que un negocio de restauración así es posible en un pequeño pueblo.

-¿Queda mucho camino para lograr esa igualdad real?

-Si hablamos de igualdad, los que estamos en Teruel luchamos por muchos motivos, porque no quiten ambulancias, por tener los mismos servicios en los pueblos, por contar con una conexión a internet igual que las de la ciudad. Mi objetivo era tener un buen restaurante en el medio rural y lo he logrado.

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