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El embalse del Arquillo gana casi 3 hectómetros cúbicos en el último mes y se sitúa al 83,3% de su capacidad El embalse del Arquillo gana casi 3 hectómetros cúbicos en el último mes y se sitúa al 83,3% de su capacidad
Imagen del Arquillo captada en la mañana de este lunes pasado

El embalse del Arquillo gana casi 3 hectómetros cúbicos en el último mes y se sitúa al 83,3% de su capacidad

La reserva hídrica de la presa de San Blas es el doble de la media española
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El embalse del Arquillo en la pedanía turolense de San Blas vuelve a crecer tras un espectacular mes de diciembre en el que ha incrementado en casi 3 hectómetros cúbicos su reserva de agua. La presa dependiente de la Confederación Hidrográfica del Júcar inicia así el año con una reserva de 17,5 hm3 de agua, lo que supone un 83,3% de su capacidad, uno de los niveles más altos de este siglo para estas fechas del año.

El Arquillo acumulaba seis meses consecutivos de descensos y comienza el año, gracias al buen comportamiento del mes de diciembre, por encima de como lo inició en 2022, cuando estaba ligeramente por debajo al encontrarse al 82,57%. Este embalse es una presa de laminado, lo que favorece su rápido llenado cuando hay lluvias, por lo que las precipitaciones de diciembre han permitido esta recuperación.

A mediodía de ayer la presa de San Blas tenía embalsados 17,5 hm3 de agua, 2,73 hectómetros cúbicos más que el 1 de diciembre pasado. Con este crecimiento el nivel del pantano se coloca al 83,3% de su capacidad, un aumento que es muy perceptible porque en los últimos meses el islote de la zona del embarcadero había quedado ya incomunicado con el istmo que lo une al área del merendero. En cambio, tras la subida vuelve a quedar inundado el paso terrestre, lo que es un indicativo del crecimiento.

Perímetro

Además, se nota el aumento  en todo el perímetro del embalse, al igual que en la zona de la presa al acercarse ya al nivel que marca cuando el pantano está lleno. Con este volumen de agua, la reserva hídrica del Aquillo es prácticamente el doble, en términos porcentuales, que la que tienen como media el conjunto de los embalses del país. Mientras la reserva hídrica española se encuentra al 44,9% de su capacidad, la del pantano de San Blas se coloca al 83,3%.

A diferencia del resto del país, el Arquillo no ha presentado problemas de sequía a lo largo del año pasado como sí la han tenido buena parte de los embalses del Estado. La presa de la pedanía turolense de San Blas arrancó 2022 con 17,3 hm3 de agua embalsada, un nivel ligeramente inferior al que tiene ahora. Durante el primer trimestre del ejercicio el pantano se mantuvo por encima del 80% de su capacidad, y en primavera llegó al 90,9% a principios de junio.

A partir de esa fecha, la evolución de la reserva hídrica del Arquillo ha ido a la baja durante el segundo semestre del año. Durante el verano tuvo un bajón fuerte tras iniciar julio al 87,28%, que bajó al 79,04% en agosto y en septiembre al 72,42%. En otoño no se recuperó por la escasez de precipitaciones hasta el mes de diciembre. Así, la presa inició octubre con una reserva de agua del 71,95%, que disminuyó al 71,04% en noviembre y al 70,33% al comenzar diciembre.

Capacidad

Los 17,5 hm3 con los que ha iniciado 2023 es uno de los más altos para esta época del año. Lo normal en estas fechas es que ronde el 80% de su capacidad, como ha sucedido desde 2019, ya que en los años precedentes estuvo muy por debajo, especialmente en 2018, puesto que entonces llegó a iniciar el ejercicio a solo el 15,12% de su capacidad, aunque la primavera fue muy lluviosa y se llenó pronto gracias a que es un embalse de laminación. Entre 2015 y 2017 también tuvo unos niveles bajos, entre el 54,8% y el 63,60% al comenzar el ejercicio, mientras que fue en 2011 cuando alcanzó el mayor volumen de agua a comienzos de año en este siglo al situarse al 86,9% de su capacidad con 18,28 hm3 embalsados.

Dentro de la cuenca del Júcar, el nivel del Arquillo está muy por encima de la media en que se encuentran sus embalses, que están al 56,6%. En el resto del país las cuencas que están en peor estado son las del Guadiana (32,6%), Guadalete-Barbate (29,2%), Guadalquivir (24%), y cuencas internas de Cataluña (31,8%).

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