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Enrique del Pozo, artista y padrino de uno de los equipos del VIII Rally Desafío Buñuel: “En este país a mucha gente  le importa una mierda la cultura porque también hace daño” Enrique del Pozo, artista y padrino de uno de los equipos del VIII Rally Desafío Buñuel: “En este país a mucha gente  le importa una mierda la cultura porque también hace daño”
Enrique del Pozo en el Claustro de San Pedro la semana pasada

Enrique del Pozo, artista y padrino de uno de los equipos del VIII Rally Desafío Buñuel: “En este país a mucha gente le importa una mierda la cultura porque también hace daño”

“Es un momento de miedo por lo que se dice; vivimos una dictadura bastante dura con respecto al libre pensamiento”
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Enrique del Pozo es un artista que ha tocado múltiples facetas en el mundo del espectáculo desde muy joven, aunque reconoce que lo que mas le gustaría hacer es cine. Tuvo oportunidad de hacerlo y de apoyar a uno de los equipos participantes en el VIII Rally Desafío Buñuel organizado por la Fundación Amantes de Teruel. Alerta de que falta apoyo a la cultura por su contenido crítico, además del “momento de miedo” que se vive por decir lo que se piensa. Fue uno de los rostros más populares que recorrió las calles de Teruel durante el reciente festival cinematográfico.

-¿Pesa la fama?

-Cómo va a pesar la fama si uno quiere ser artista. Creo que el mejor reconocimiento es el cariño de la gente y sin ellos no somos nadie. Lógicamente hay unos espacios de tu privacidad, pero el artista que no entiende esto debería dedicarse a otra cosa.

-La suya ha sido toda una vida dedicada al espectáculo y está en el recuerdo de varias generaciones.

-Yo desde muy jovencito conocí a gente como Glenda Jackson, y lo que aprendí de ellos es que en España eras una cosa solamente, eras cantante o presentador, y yo siempre hui de las dictaduras profesionales. Yo creo que el artista no puede entrar en una dictadura profesional.

-¿En qué faceta se siente más a gusto?

-Soy un gran afortunado por todas las cosas que he hecho, y creo que el gran secreto es no perder nunca la curiosidad. Lo que más me gustaría hacer es cine, porque yo realmente mi carrera la quise empezar como actor. Pero he trabajado en todo, y quién puede decir esto. Es más, he sido osado, y a veces se refieren a mí en la prensa como el periodista Enrique del Pozo, cuando en realidad soy tertuliano. Pero también he descubierto una cosa muy importante, cómo es el mundo del periodismo por detrás, y he visto que es muy duro. Entonces no es peloteo, pero hay que decir a los artistas que la mitad de nosotros se debe al mundo del periodismo.

-De todas las cosas que ha hecho hay una que está claro que no había hecho hasta ahora, que era participar en el Rally Desafío Buñuel. ¿Qué le ha parecido la experiencia?

-Me parece una idea superoriginal y maravillosa, me lo he pasado muy bien, e invito a muchos compañeros artistas a que vengan. Lo digo desde el profundo respeto, este es uno de los mejores festivales del mundo, pero tiene que tener ayuda económica, porque el talento se descubre sobre todo en el mismo sitio. Si no ayudamos a la gente de aquí, a echarles una mano para descubrir talento, tampoco existiría Buñuel. Lo que no se puede hacer es no dar dinero a un festival como este, que está basado sobre todo en ayudar a la gente joven.

-Tal vez sea porque el talento y la creación no son valorados.

-En este país a mucha gente le importa una mierda la cultura, porque la cultura también hace daño y a lo mejor lo que no les gusta es que los nuevos jóvenes tengan una independencia de pensamiento, el que quieran tener, y entonces pues no les ayudan. Yo vengo de estar en Italia, un país que culturalmente ayuda mucho, pero en este momento en España la cultura está en declive y hay mucha gente que no le interesa ayudarla.

-Pero en cambio el mundo de la cultura no se resigna.

-No se resigna, pero es que lo que tenemos que ayudar es a la gente joven, es que la gente joven es el presente y el futuro. Si no, ¿cómo descubrimos a nuevos Buñuel, a nuevos Almodóvar, a nuevos Amenábar, a nuevos Berlangas. Es imposible.

-¿Qué importancia tiene el compromiso social en el mundo del espectáculo, porque ustedes son personajes visibles y su voz es escuchada y tomada como referente?

-¿Me lo vas a decir a mí que he sido vetado más de quince o veinte veces por decir lo que pienso? Yo voy a seguir por esa línea, pero se paga un precio muy alto. Y ahora estamos en un momento de miedo, porque el que se moja, el que dice lo que piensa, siempre hay alguien que te hace pagar ese precio; vivimos una dictadura bastante dura con respecto al libre pensamiento. Lo está habiendo, y me da miedo, porque los que venimos de vivir una cierta dictadura de la época de Franco y hemos visto el proceso de la dictadura a la democracia, este presente que está llegando no gusta para nada. Y no hablo ya de partidos políticos, hablo de que la democracia tiene que ser democracia y sobre todo por la libertad de pensamiento y la cultura.

-¿Cómo se puede revertir esta involución que hay?

-Tendríamos que implicarnos un poco más. Creo que nos hemos vuelto bastante individualistas. Nuestra profesión es bastante individualista. Pero es que el peor compañero de viaje es el miedo. Yo he vivido el miedo muchas veces. He vivido el miedo de la dictadura, por mi condición sexual, por mi condición política, por ser independiente, por decir que no muchas veces cuando me han intentado obligar a decir determinadas cosas en la televisión y no me da dado la gana. El miedo de muchos compañeros míos es lógico y me parece que Javier Bardem tiene unos cojones cuadrados porque se moja para denunciar el genocidio en Palestina, ya que dice lo que piensa y es consciente de que el 70% de la industria del cine está en manos de empresarios judíos. Pero él se moja.

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