

Gaspar Pérez Gómez vinculó ya Arcos de las Salinas con la Astronomía en el siglo XVIII
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El municipio de Arcos de las Salinas está vinculado con la Astronomía antes de lo que se imaginaba. Si ahora se ha convertido en una referencia internacional por albergar el Observatorio Astrofísico de Javalambre y el centro para el conocimiento y la práctica de la astronomía denominado Galáctica, hace más de dos siglos un vecino de la localidad, el clérigo Gaspar Pérez Gómez, se convirtió en el primer catedrático de esta materia en la Universidad de Valencia. Lo han descubierto Luis Emilio Cubel Rodríguez y su primo Francisco José, que acaban de publicar un libro en el que revelan este hallazgo que vincula al municipio de Arcos de las Salinas con la Astronomía desde el siglo XVIII.
Gaspar Pérez Gómez (1739-1811): de Arcos de las Salinas a la Cátedra de Astronomía de la Universidad de Valencia es el título de la publicación, en la que abordan la figura de este clérigo del siglo XVIII, nacido en la localidad turolense, y que fue docente de la Universidad de Valencia. Allí llegó a convertirse en el primer catedrático de Astronomía de ese centro universitario.
Los dos autores, arqueños de segunda generación porque nacieron ya en Valencia aunque sus padres eran de Arcos de las Salinas y nunca han roto los vínculos con el pueblo, donde tienen casa, aseguran que no tienen constancia de que antes de su libro se hubiese publicado un estudio monográfico previo sobre este personaje. De hecho, fue una sorpresa para ellos descubrir a esta figura mientras realizaban otras investigaciones en archivos.
Con este trabajo, que han autoeditado ellos mismos, aseguran que pretenden continuar con la labor que ya iniciaron hace un tiempo de “rescatar la memoria en gran parte olvidada de esta pequeña localidad de la España vacía, en la que se encuentran nuestras raíces familiares”.
El autor del prólogo, Vicent J. Martínez, catedrático de Astronomía hoy día en la Universitat de València y vinculado también con Teruel, asegura en la introducción del libro que “no deja de ser una interesante coincidencia que el primer catedrático de Astronomía de la Universitat de València sea natural de Arcos de las Salinas, una población que ha inscrito su nombre en el mapa internacional de la Astrofísica moderna con la puesta en marcha del Observatorio Astrofísico de Javalambre, dependiente del Centros de Estudios de Física del Cosmos de Aragón (Cefca)”.
Nacido el 13 de febrero de 1739 en Arcos de las Salinas y fallecido en Valencia el 23 de julio de 1811, los autores del libro manifiestan que Gaspar Pérez Gómez “es una figura poco conocida de la historia académica de la Universidad de Valencia”, pese a lo cual fue su primer catedrático de Astronomía.
Lo fue durante muy poco tiempo, entre 1787 y 1797, puesto que aunque la cátedra era perpetua, en 1796 el arqueño aprobó la oposición a la Cátedra de Teología Moral, “que pasó a desempeñar a partir del curso 1797-1798, dejando vacante la Cátedra de Astronomía”.
Los primos Cubel Rodríguez, uno de ellos licenciado en Geografía e Historia y el otro en Psicología, reconocen que este personaje “ha quedado en el más absoluto olvido en su localidad natal”, y que por eso han publicado el libro con el “ánimo de rescatar esta figura”.
Lo han hecho tras unos seis años de investigaciones, no a dedicación completa, que han llevado a cabo en archivos de Valencia, Teruel y Zaragoza, siempre detrás de cualquier indicio que pudiera arrojar documentación histórica sobre la localidad de Arcos de las Salinas.
Una gran sorpresa
Luis Emilio Cubel confiesa que fue una “ gran sorpresa” encontrarse con un personaje como Gaspar Pérez. Lo descubrieron de forma casual cuando indagando en los Quinque Libri parroquiales de Arcos de las Salinas encontraron que una hija del ilustrado valenciano Gregorio Mayans, llamada Josefa, había residido en la localidad más de quince años a caballo entre los siglos XVIII y XIX.
Les llamó la atención que esta mujer hubiese apadrinado a más de un centenar de niños en este municipio de la Sierra de Javalambre, y haciendo averiguaciones sobre esta persona dieron con el hallazgo de Gaspar Pérez. Indagaban en el círculo social de los Mayans para ver quién le había podido recomendar Arcos de las Salinas para residir allí porque Josefa buscaba remedios por su estado de salud. Es así como apareció el nombre del arqueño, “del todo desconocido para nosotros por entonces”, y que se convirtió a partir de ese momento en su foco de interés.
Tiraron del hilo en archivos y, en el Histórico Provincial de Teruel, dieron con sus orígenes. Averiguaron la prolífica y “brillante trayectoria académica y eclesiástica a la vez” que tuvo tanto en la Universidad de Valencia como en el cabildo catedralicio, que compatibilizó. Siguieron sus pasos a través de las “memorias de méritos que él mismo tuvo que presentar en diferentes ocasiones al concurrir a puestos académicos”.
Fue en 1787 cuando se creó la Cátedra de Astronomía en la Universidad de Valencia, que le fue encomendada al arqueño porque ostentaba ya la de Matemáticas y había participado en el diseño de su plan, por lo que el rector, Vicente Blasco, le encomendó esa tarea.
Luis Emilio Cubel asegura que por lo que han averiguado, “la astronomía no fue su tema de dedicación fundamental”, al haber llegado a esta disciplina “un poco por casualidad, porque en la renovación del plan de estudios que se hizo se metió dentro de las matemáticas”. Él impartía las clases de la tarde y nocturnas, “por tanto era donde mejor se podían hacer los trabajos de observación de las estrellas”.
Los autores cuentan que el libro, además de la reducida impresión en papel que han hecho de 200 ejemplares, podrá consultarse también en las plataformas digitales de la Biblioteca Nacional y de Academia.edu. Consideran que es una forma de rescatar la historia de Arcos de las Salinas y de los personajes ilustres que ha tenido, al igual que han hecho con otros trabajos previamente publicados.
Sostienen que haber descubierto la existencia de este arqueño del siglo XVIII es prácticamente un “acto de justicia poética” por la importancia que ha adquirido ahora Arcos de las Salinas para la astronomía mundial.
Otra época
Luis Emilio Cubel asegura que la Universidad de Valencia fue una de los últimos centros universitarios en reformar sus estudios, “pero precisamente también por eso parece que fue una en las que la renovación fue más profunda, y entre ellas estuvo la creación de una Cátedra de Astronomía”.
Comentó que al turolense Gaspar Pérez Gómez se le encomendó esa cátedra y por eso “el plan de estudios debió de redactarlo él”. Destacó de dicho plan “la introducción de un enfoque práctico en el estudio de la Astronomía a partir de la observación de las estrellas”.
En el plan de estudios se estableció que “un día o dos a la semana, en horario nocturno, con cielo claro, el catedrático de Astronomía enseñará a los alumnos a observar las estrellas, manejar los instrumentos de la época como el astrolabio, el sextante y otros”. El autor de la publicación valoró que la contribución del arqueño fue ese toque práctico “basado en la observación para estudiar la astronomía, y obviamente pues debía estar ya al corriente de las teorías más avanzadas que circulaban por Europa”.

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